Regresando de un viaje bastante extraño pero rico...
Y seguía leyendo a cada oportunidad...sí, así como cuando bebo agua de horchata de coco...
Resulta que Primavera con una Esquina Rota viene a mis manos en el preciso momento en que decido alejarme de todo y todos para retomar y reafirmar lo que quiero para mi vida...
De lo rescatable, claro para mí, es aquel párrafo en donde literalmente menciona que ""...es curioso pero el buen compañerismo no consiste siempre en hablar o escuchar, en contarnos las vidas y las muertes, los amores y los desamores, en narrarnos novelas que leímos hace mucho tiempo y ahora no tenemos a la mano, en discutir sobre filosofía y sus suburbios, en sacar conclusiones de experiencias pasadas, en analizar y analizarnos ideológicamente, en intercambiar las respectivas infancias o, cuando se puede, en jugar al ajedrez. El buen compañerismo consiste muchas veces en callar, en respetar el laconismo del otro, en comprender que eso es lo que el otro necesita en esa precisa y oscura jornada, y entonces arroparlo con nuestro silencio, o dejar que él nos arrope con el suyo, pero, y este pero es fundamental, sin que ninguno de los dos lo pida ni lo exija, sino que el otro lo comprenda por sí mismo, en una espontánea solidaridad. A veces una buena relación de enclaustramiento o reclusión, una relación que puede convertirse en amistad para siempre, se construye mejor con los silencios oportunos que con las confidencias intempestivas. Hay gente incluso que se considera tan obligada a intercambiar peripecias autobiográficas que hasta las inventa. Y no siempre se trata de mitómanos o mentirosos, que también los hay; a veces se inventa un episodio como una diferencia, como una cortesía al compañero, creyendo que con eso se le entretiene, o se le hace olvidar su desamparo, o se le extrae de un pozo de angustía, o con ello se le provocan nostalgias y se le enciende la memoria, y hasta se le contagia el virus del recuerdo-ficción.
Bicho raro el ser humano cuando está condenado a su propia soledad o cuando el castigo consiste en cotejarla cotidianamente con las respectivas soledades de uno o dos o tres prójimos cuya contigüidad no eligió ninguno de ellos..."
FIN.Porque sí, años después, lo viví.
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